'Estamos okey', Nina Lacour | Frases

martes, 25 de agosto de 2020



Marin no ha vuelto a hablar con nadie de su antigua vida desde el día que decidió dejarlo todo atrás. Nadie sabe la verdad sobre aquellas semanas finales. Ni siquiera su mejor amiga, Mabel. Pero incluso estando a miles de kilómetros lejos de la costa de California, en una universidad de Nueva York, Marin sigue sintiendo el tirón de la vida y la tragedia de las que ha tratado de huir.Ahora, meses más tarde, a solas en su dormitorio vacío durante las vacaciones de invierno, Marin aguarda, pues Mabel está por llegar a visitarla, y Marin se verá forzada a enfrentar todo aquello que se ha quedado sin decir, finalmente tendrá que confrontar la soledad que se ha adueñado de su corazón.




Adelante, escucha la misma canción una y otra vez hasta que su sonido se convierta en nada y el invierno se acabe mientras duermes. 

Si tan sólo tuviera algo para quitarle el filo a la soledad. Si al menos "soledad" fuese una palabra más precisa. No debería sonar tan bonito.

Sé dónde me encuentro y lo que significa estar aquí. Sé que Mabel vendrá mañana, me guste o no. Sé que siempre estoy sola, incluso cuando estoy rodeada de gente, así que dejo entrar la sensación de vacío.

Que antes de todos nosotros había otra cosa. Tarde o temprano algo tomará nuestro lugar. Aprendo que soy una pieza diminuta en un mundo milagroso.


Podemos buscar la verdad, podemos convencernos de lo que queramos creer, pero nunca sabremos realmente.

Las palabras tienen sentido, pero más allá de las palabras está la verdad.

Me pregunto si hay una corriente secreta que conecta a la gente que ha perdido algo. no en el sentido en que todos pierden cosas, sino en el que te deshace la vida, te deshace a ti, de modo que cuando miras tu rostro, ya no es tuyo.

No hay suficiente esperanza. Todo es desesperación. Todo es sufrimiento. Lo que quiero decir es que espero que no seas una persona que busque dolor. Hay suficiente de eso en la vida.



La realidad era lo suficientemente vasta como para ahogarse en ella.

La vida es tan delgada y frágil como una hoja de papel. Cualquier cambio repentino podría rasgarla en dos.

Hasta los buenos lugares están llenos de fantasmas.

—Aunque quizás en realidad sí es tan simple como parece. Era una persona antes. Tenía un corazón entero y al hombre que amaba. Estaba tranquila. Y luego algo sucedió y la cambió. Y ahora está herida.

Como si la que está entera intentara jalar a la que está herida de vuelta hacia ella, como si pudiera deshacer lo que le pasó. O como si la que está herida estuviera guiando su viejo ser hacia su nueva vida. O podría ser que casi se separaron por completo y están tomadas de la mano en un último momento de conexión antes de alejarse del todo.

Podría decir que la noche se sentía mágica, pero eso sería un adorno. Eso sería idealizar el momento. Lo que realmente se sentía era la vida.

Cuando pienso en todos nosotros en ese entonces, me doy cuenta de que corríamos peligro. No por la bebida, ni por el sexo, ni por la hora de la noche. Sino porque éramos muy inocentes y ni siquiera lo sabíamos. no hay forma de recuperar eso. La confianza. La risa fácil. La sensación de haber dejado tu hogar sólo por un rato. De tener un hogar al cual volver.

Eramos lo suficientemente inocentes como para pensar que nuestras vidas eran todo lo que creíamos que eran, que si uníamos todos los hechos sobre nosotros, obtendríamos una imagen que tendría sentido, una imagen que se parecería a nosotros cuando nos miráramos en el espejo, que se parecería a nuestras salas y cocinas, y a la gente que nos crió, en lugar de revelarnos todo lo que no sabíamos.

Pero sé que antes entendía las cosas de una manera y ahora las entiendo diferente. Antes lloraba por una historia, pero cerraba el libro y ya. Ahora todo resuena, todo se me atora como una astilla y se pudre.

Ell problema con la negación es que cuando sale la verdad, no estás lista.

Cuéntame del calor. Cuéntame de la playa. Cuéntame de una chica que vive en una casa con su abuelo, de una casa que esté llena de un amor sencillo, una casa que no esté llena de fantasmas. Manos cubiertas de harina de pastel y aire con aroma dulce. Cuéntame sobre cómo la chica y su abuelo lavaban la ropa del otro y la dejaban doblada en la sala, no porque hubieran secretos, sino porque así eran: simples, sencillos y auténticos.

Pero supongo que ahí es donde vivimos la mayor parte del tiempo. Supongo que es donde todos vivimos, así que quizás no es tan solitario.

Pueden leer la reseña completa del libro por



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