Sabía que iba a ver esta película por dos razones: Dylan O’Brien y Jessica Henwick. Básicamente esa fue la razón por la que me decidí aventurar en un film ya conocido donde el clásico héroe torpe (‘Los héroes del apocalipsis’, ‘Daybreak’) se encuentra en un apocalipsis y decide rescatar a la chica de la que está enamorado.
Dirigida por Michael Matthews con la colaboración de Shawn Levy y Dan Cohen, “Love and Monsters” (o “Amor y monstruos”) sigue a Joel Dawson, un chico que vive en un bunker luego de que la Tierra se convirtiera en “inhabitable” tras convertir a todas sus “criaturas indefensas” (insectos y animales pequeños) en terribles monstruos que decidieron acabar con la humanidad.
Antes de que todo sucediera, Joel estaba felizmente en una relación de adolescentes con Aimee, pero tras todo lo sucedido, ambos tuvieron que separarse. Hasta que semanas antes del comienzo del film, consiguen contactarse y descubren que no solo el otro está vivo, sino que están a 85 millas de distancia.
Tras una violación de seguridad que resulta con Joel teniendo que enfrentar cara a cara a un monstruo y casi perdiendo su vida (porque se queda petrificado), es que decide ir en busca de la chica de la cual está enamorado (y que no ve hace casi 7 años).
En el camino, no solo descubrirá verdades sobre el nuevo mundo, sino que aprenderá importantes lecciones sobre él mismo, la amistad en formas inesperadas, y el amor.
Vale, hay varias cosas que uno debe comentar de este film, comenzando con que no hubiera sido lo mismo de no haber contado con Dylan O’Brien en el protagónico, este actor se ha moldeado un tipo de personaje que ya nos hemos acostumbrado a ver, en su actuación como Joel veíamos claramente a Thomas de Maze Runner y al mismo Stiles Stilinski de Teen Wolf, y eso no es malo, pero si no consigue sorprendernos ya que estamos acostumbrados a este tipo de faceta.
Lo que conlleva a que todo el peso narrativo quedó en su actuación y que consiguiera llevar la trama y atrapar al espectador por su propia parte, lo cual consiguió a la perfección (sin mencionar que la química entre Joel y Aimee es preciosa).
Un punto que me gustó fue que jugó un poco más con el realismo que otras tramas similares, Joel no es un luchador, no es un experto del apocalipsis, es un chico que se queda paralizado porque tiene miedo, y eso es bastante realista y nos permite empatizar mucho más con él.
Sumado a esto, el hecho de su interacción y reencuentro con Aimee también fue “más real” que el felices para siempre. Aunque si fue bastante predecible y visto durante toda la historia (desde el comienzo), pero podemos decir que se le dio un buen giro al final.
En general nos encontramos con una trama solida, que no profundiza en aspectos técnicos del apocalipsis (como el por qué solo algunos animales se convirtieron en monstruos y otros no, y qué sucedió con los otros), y también juega con esta “idea de que no todos los monstruos son malos”.
A nivel de imagen no puedo destacar mucho en particular, me pareció bien manejada pero no explotó del todo este universo que tenía con estos monstruos (creo que la escena que podría decirse que “más me gustó” fue cuando Joel está junto al robot viendo a las medusas, en general fue una toma brillante que logró evocar la mayor cantidad de emoción en la historia).
En resumen, «Love and Monsters» es una película que no innova en el género, y que deposita toda la carga de la misma en su actor protagónico. Dylan O’Brien sigue dándonos una actuación muy bien realizada, pero que no consigue sorprendernos al repetirse su mismo trabajo de siempre.
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