Ambrose regresa a su ciudad natal después de que un niño de trece años confesara haber envenenado a sus padres, enfrentándose a los secretos que sus habitantes están decididos a mantener enterrados.
"Y debajo de esa rabia, si pudieras saborear lo que hay ahí, ¿Qué sería?"
Por fin llegamos a la segunda temporada de The Sinner, en este caso la temporada de Julian. Es aquí donde los productores nos marcan la pauta e hilo conductor de la serie: Harry Ambrose quien lideraría diferentes investigaciones con diferentes sospechosos/culpables.
Una cosa que me parece especialmente fascinante y que una a ambas temporadas, es que la pregunta no es quién cometió el crimen, esto es algo que sabemos desde el principio. Sino el por qué. Qué es lo que llevó a una madre y esposa fabulosa a asesinar brutalmente a un hombre un día de playa.
Y en esta temporada, que es lo que llevó a un niño de trece años a envenenar a sus dos padres de paseo a las cataratas del Niagara... ¿Porque esos eran sus padres verdad?
Harry Ambrose llega a su pueblo del pasado para ayudar en el caso de un niño que pareciera haber asesinado con veneno a sus dos padres. El nombre del niño es Julian. Y aunque todo parece indicar que es culpable, Harry comienza a sospechar: ¿por qué un niño envenenaría a sus padres? ¿Por qué estos no tenían empacadas ninguna pertenencia del niño? ¿A donde estaban realmente llevando a Julian?
¿Y es tan inocente como parece?
Como comenté en la review pasada, la primera temporada gira en torno a este concepto de lujuria. The Sinner es una serie muy ligada a los pecados capitales, pero sobre todo lidia con los pecados que convierten a otros en pecadores.
Tanto Cora como Julian asesinaron a personas, pero ¿fue realmente su culpa una vez que vemos su pasado?
Es interesante como esta temporada nos presenta el reflejo Julien-Harry, y las vivencias de ambos en relación con su figura materna. El lidiar con traumas internos y la forma en la que La Arboleada (culto extraño al que Julien pertenece) nos hace pensar en el pecado de la ira como foco central de esta temporada.
Muchas veces, la ira no necesita una manifestación física y violenta o explosiva para demostrarse como tal. La represión del trauma, termina estallando en diferentes momentos de la trama. Lo vemos en los "episodios de sanación" de La Arboleada, así como en los mismos asesinatos. La violencia generalizada que palpa las escenas, el fuego que los hace finalmente renacer y purificarse.Esta temporada se centra mucho en los vínculos familiares, especialmente hijos-padres, las expectativas e idealización y finalmente la caída de pedestal, la perdida de la inocencia reflejada en Julian, en Marin, en Harry y en diferentes personajes.
El ritmo de la temporada se iguala con el anterior, vamos hilando lentamente los hilos que conectan el pasado y el futuro, con revelaciones dadas a cuenta gota que nos genera interrogantes que no teníamos en el pasado.
En la temporada pasada, Cora-Harry representaban los motores principales de la historia y eran los personajes que captaban la atención del espectador. La víctima-victimario y el detective buscando la verdad. En esta temporada tenemos un ligero giro, no es solo Julien-Harry, es también Vera y su subtrama de La Arboleada, un personaje que no es del todo bueno, pero cuyas motivaciones finales lo son. Y nos plantea en ultima instancia esta área gris que Harry carece.
Me parece especialmente curiosa la forma en la que Vera-Harry-El Faro se sostienen en la trama. Harry representando el bien con sus propios demonios, El Faro el mal y finalmente, Vera este personaje que se nos plantea por momentos como un villano, pero cuyas intenciones se van aclarando a medida que la trama avanza.
Sumado a estos tenemos la misma historia de Hannah-Marin, de flashback de antes y del después que consiguen su significado al finalizar la trama. Y pese a que su historia no es un foco, si complementa a la trama principal movida por Julian-Harry-Vera.
En resumen, «The Sinner: Julian» presenta una segunda temporada solida y silenciosa, que no evoca el ruido a pesar de la violencia latente, y que nos recuerda al segundo pecado de la lista de siete: la ira. Su represión y qué sucede finalmente cuando estalla.
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