Título: Marianne
Año: 2019
Dirección: Samuel Bodin
Una famosa escritora vuelve a su ciudad natal y descubre que el espíritu maligno que invade sus sueños está causando estragos en el mundo real.
"Siempre cumplo con mis promesas"
Ésta es la historia de una escritora
y una bruja. Y como toda historia entre una escritora y una bruja, comenzó en
un pequeño pueblo con un faro y cercano al mar.
El nombre del pueblo no era importante,
tampoco la mayoría de las personas que habitaban en él. Sino una pequeña niña
que jugaba en un patio de una casa, y un hoyo en el suelo que, sin darse
cuenta, sería solo el inicio de su pesadilla.
Tras un terrible acontecimiento que
la llevó a abandonar su pueblo natal siendo una adolescente, Emma regresa
convertida en una famosa escritora de
una saga de libros: Lizzie Larck. Saga de
libros no muy alejada de su realidad, y es que Lizzie, su protagonista, se
encuentra en una épica lucha contra una bruja… una bruja llamada Marianne.
Pero lo que descubrimos es que puede
no ser del todo ficción lo que nuestra protagonista ha escrito, y es que
Marianne es real: y ha regresado.
Cuando la visita de una antigua amiga
la obliga a regresar a su ciudad natal, Emma se ve nuevamente envuelta —junto
con la ayuda de su asistente— en la pesadilla de Marianne, quien quiere una
única cosa: que Emma continúe escribiendo.
Pero Emma no quiere volver a lo que
era, y antes de quererlo, comienza una lucha de poder contra la bruja que la
pondrá no solo a ella, sino a todos los que ama, en peligro.
Marianne comienza con una trama ambiciosa, pero que acaba
volviéndose superficial a medida que la historia avanza. Damos inicio con una
historia cargada de terror y sustos que consiguen mantenernos al borde de la
silla. El misterio que envuelve a nuestra antagonista y su representación en el
cuerpo de una mujer mayor nos cautiva.
Tenemos a su vez a una protagonista
cínica y dura con la vida, que nos hace preguntarnos qué la llevó a ser así, y
que luego aprendemos en uno de los episodios flashback las cosas que ha tenido
que pasar.
Pero, a medida que transcurrimos en
la narrativa de este relato, es que el mismo comienza a decaer: a veces el
humor resultaba fuera de lugar, algunas acciones de Emma carecían de sentido,
las respuestas de algunos personajes parecían solo para generar drama
innecesario y los efectos dados al final con el personaje de Marianne daban más
risa que miedo.
El implementar demasiadas veces el
mismo recurso del susto, los hacía predecible y su final, demasiado “Prueba de
fe”, se pudo ver venir desde episodios anteriores.
Con todo esto, no puedo decir que
Marianne sea una mala o una buena serie, sino que se encuentra en un punto
medio. Una de las mejores cosas de la serie, a mi parecer, fue los momentos en
los que Emma regresaba a su libro, la forma en la que era narrado en voz en off
en algunos episodios, consiguió darle un aire más solemne y aterrador a la
serie.
Sumado a Emma tenemos a otros
personajes secundarios, como son sus antiguos amigos (su pandilla de
adolescente) ahora adultos, que no consiguieron profundizarse en ningún
momento.
Tenemos a la asistente de Emma, otro
personaje que solo orbitaba a su alrededor, y a sus padres, quienes seguían el
mismo ejemplo.
En
resumen, «Marianne» es una serie ambiciosa que comienza con supremo terror,
pero que va decayendo a medida que los sustos se vuelven repetitivos y la
protagonista realiza acciones que nadie logra comprender.
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