Título: La mejor oferta | La migliore Offerta
Año: 2013
Reparto: Geoffrey Rush, Sylvia Hoeks, Jim Sturgess, Donald Shuterland
Director: Giuseppe Tornatore
Virgil Oldan es un experto en arte y famoso agente de subastas que goza de gran prestigio en su profesión. Un día recibe a llamada de una joven que desea vender la colección de antiguedades que ha recibido en herencia de sus padres. Sin embargo la joven sufre de agorafobia, por lo que no sale nunca de su domicilio y no quiere ser vista por los demás. A partir de entonces ocurren una serie de hechos que influirán enormemente en la hasta entonces ordenada vida de Virgil Oldman y acabarán en una inusual historia de amor con un sorprendente desenlace.
“Las emociones son como una obra de arte. Se pueden falsificar, se parecen a las originales, pero son falsificaciones.”
Hoy vengo a hablarles de una
película que me recomendaron, The Best Offer o “Al mejor postor” (de esta forma
pueden encontrarla en Netflix).
Estrenada en el 2013 bajo la
dirección de Giuseppe Tornatore, la
película italiana narra los acontecimientos que llevaron a Virgil Oldman
(interpretado por Geoffrey Rush), un experto en arte y famoso agente de
subastas a encontrarse con una misteriosa joven (Sylvia Hoeks) que se encuentra
decidida a vender varias de sus colecciones antiguas heredadas de sus padres.
Sin embargo, cuando la joven
pospone en reiterados momentos el encuentro entre ambos, es que Virgil se da
cuenta de que hay algo que no es del todo normal en la joven.
Cuando esta revela que sufre
de una extraña enfermedad (agorafobia, en realidad) y solo es capaz de hablarle
a través de las paredes de su casa, es que Virgil comienza a crear un lazo
entre ambos, unido al arte y a la falsificación.
Toda
falsificación tiene algo auténtico,
un error, un desliz que el falsificador no pudo evitar cometer. Mediante la
ayuda de Robert, un trabajador capaz de
reparar cualquier cosa existente, Billy, un amigo íntimo y gran colaborador de
Virgil, es que este se encontrará en un viaje para dejar de lado sus propios
temores y abrir su propio corazón y a él mismo, al mundo.
Una película que resalta por
su originalidad y sus actores, que han logrado encarnar a la perfección la
esencia misma del arte del engaño y la falsedad, pero también del amor, como
Billy menciona en una parte del film, todo
puede ser falsificado, la felicidad, el dolor, el odio, la enfermedad y el
amor.
“Siempre hay algo auténtico oculto en cada falsificación. No podría estar más de acuerdo.”
Oldman, obsesionado con
coleccionar retratos de mujeres durante toda su vida, busca desesperado el amor
y se aparece en la forma de una misteriosa mujer de nombre Claire, ella representa
aquello que ha estado buscando, con desesperación. Toda su vida ha sido una
espera por ella, pero es en la belleza donde se encuentra la mentira, y es La
mejor oferta lo que logra demostrarnos que no hay mayor falsificación que
aquella que está a simple vista.
Con una cinta que dura
alrededor de dos horas, pero que, graciosamente, no consigue aburrirte,
mezclando la formidable actuación de
Geoffrey, quien, nuevamente demuestra que puede hacer suyo cualquier
papel y transmitirnos todo lo que pueda ser transmitido, es que nos sumergimos
en este thriller con aires de elegancia y refinamiento, pero que al final, solo
muestra una cara oculta de aquello que siempre ha estado frente a nosotros.
Toda falsificación tiene algo
auténtico, la pregunta, al final, es preguntarnos qué parte de esta historia lo
es.
Sin duda una película que
recomiendo para los fanáticos del thriller con ciertos tintes románticos, y por
qué no, trágicos. Algo que sin duda no
deben perderse.
En
resumen, «Al mejor postor» es una película atrapante y magnética, que nos
sumerge en la vida de un hombre, el arte, una falsificación y una autenticidad.
Aunque en medio de todo esto ¿serán capaces de reconocer qué es verdad y qué
mentira?
¡Hola!
ResponderEliminarVi esta película por casualidad y me enamoró. La tuve que ver otra vez y saborear cada frase e instante. Estoy en todo de acuerdo contigo. Además admiro mucho al protagonista.
Un besazo.