Título: Todos deberíamos ser feministas || We should all be feminists
Autora: Chimamanda Ngozi Adichie
Continuación: Querida Ijeawele
Editorial: Sudamericana
Ser feminista no es solo cosa de mujeres.
Chimamanda Ngozi Adichie lo demuestra en este elocuente y perspicaz texto, en el que nos brinda una definición singular de lo que significa ser feminista en el siglo XXI. Con un estilo claro y directo, y sin dejar de lado el humor, esta carismática autora explora el papel de la mujer actual y apunta ideas para hacer de este mundo un lugar más justo.
"Hoy me gustaría pedir que empecemos a soñar con un plan para un mundo distinto. Un mundo más justo. Un mundo de hombres y mujeres más felices y más honestos consigo mismos.Y esta es la forma de empezar: tenemos que criar a nuestras hija de otra forma. Y también a nuestros hijos".
Decidí
aventurarme en esta lectura gracias a dos personas: 1) Mi hermana menor y 2) Valentina
Quiceno del canal “The grey lady”. He de decir que esta no es la primera vez
que me aventuro en una escritura destinada a tratar el tema del feminismo, sin
embargo, mis anteriores lecturas se remitían a autoras de tiempos pasados, y
fue interesante ver una perspectiva más “actualizada” de lo que es en si el
feminismo actual, el cual, para algunos, ha ido desvirtuándose, y para otros,
está en su punto más fuerte.
A
través de este libro corto, Chimamanda Ngozi Adichie nos relata en este ensayo
extraído de una charla que dio en el 2012, lo que es el feminismo actual, por
qué es necesario y nos cuenta relatos de su vida en Nigeria, algo que nos
parecerá ajenos a nosotros los Occidentales, tan acostumbrados a nuestra
cultura, y cerrados a entender otras.
Mediante
estas cincuenta y algo de páginas, la autora nos envuelve en su narración
atrapante y refrescante, mientras que, a través de su humor y elegancia, nos
habla de lo que es la desigualdad (especialmente para una mujer feminista y
afrodescendiente) y la necesidad del feminismo en la actualidad, dejando en
claro los prejuicios que existen sobre el mismo, y sobre cómo ser feminista no
significa ser una “odia hombres, que no se depila y siempre está furiosa”.
No
es hasta hace poco tiempo que fui capaz de llamarme a mi misma feminista, y no
es ni siquiera teniendo un grupo de amigos como el mío, que me he visto exenta
de esa clase de comentarios (aunque no dirigidos a mi). Me he visto, en
situaciones, compungida de dar tal o cual opinión, por el temor de que me
calificaran como una “odia hombres”.
"Algunas personas preguntan: ¿Por qué la palabra feminista? ¿Por qué no sólo decir que crees en los derechos humanos, o algo así? Porque eso sería deshonesto. El feminismo es, por supuesto, parte de los derechos humanos en general, pero optar por utilizar la vaga expresión de derechos humanos es negar el problema específico y particular del género. Sería una forma de pretender que no fueron las mujeres las que durante siglos fueron excluidas."
Hoy
en día, hemos conseguido que mujeres que luchan por derechos básicos iguales,
sean calificadas como “feminazi”, que la sola idea de no pensar como se debe
pensar, haga que te llamen “odia hombres” o “víctima” si te atreves a contar tu
temor a salir sola por la calle.
Estamos
en una era donde creemos que hemos avanzado, donde cosas que antes eran
inimaginables, se han hecho posibles, pero que antiguos pensamientos
pre-históricos siguen estando latentes en las mentes. ¿Si no
es ahora, cuándo? Esa es una buena interrogante.
es ahora, cuándo? Esa es una buena interrogante.
Debemos
educarnos a nosotros mismos sobre aquellas problemáticas de las que no sabemos
nada, no solo opinar porque una persona (aún más ignorante, o hablando desde
sus prejuicios) diga que tal cosa es de tal forma.
Chimamanda
no nos pone ejemplos fuera de lo normal, ella retrata la vida diaria, pequeños
actos de machismo que mujeres a lo largo de la historia han tenido que vivir y
soportar, y que muchas de ellas ya toman como natural.
Considerar
que una mujer soltera más allá de los 25 es un fracaso, mientras que un hombre
está en “la flor de su edad”. Salir a la calle y tener que soportar comentarios
obscenos sobre tu cuerpo, y que luego te digan que es porque usas escote.
¿Es
esta la sociedad en la que queremos vivir? Donde culpamos a las mujeres por
cosas que ellas no han hecho, donde una falda corta pueda suponer una excusa
para una violación, o porque he decidido no tener pareja eso me convierta en una
“perdedora”.
Creo
que lo más importante a sacar de este relato de Chimamanda, no es únicamente lo
importante que es el feminismo, sino una forma de entender, que no es solo algo
que nos afecte a las mujeres, sino a todos, y cuando se entienda eso, cuando se
entienda que estamos del mismo lado, es cuando por fin vamos a poder avanzar.
Mientras tanto, seguirán existiendo términos como “feminazi” y mujeres que lo
apoyan.
Es nuestro deber entender las cosas antes de hablar de ellas, y a pesar de que me he informado, siempre hay algo nuevo que descubrir, nos han enseñado que nunca hay que quedarnos con el discurso que nos dan, y quizás ese es el problema de por qué hay tanta gente contra este movimiento: su desconocimiento e ignorancia.
Curioso, no conocía el libro. Un beso
ResponderEliminarHOLAAAA!!!
ResponderEliminarHabía escuchado alguna que otra cosa del libro y esta reseña fue el empujoncito para leerlo que necesitaba. No soy na feminista al 100%, pero comparto la mayoría de las ideas. No sé, me interesa leerlo y ver qué tal. Suena bueno.
GRACIAS POR ESTA HERMOSA RESEÑA!
¡Hola! Siempre me ha llamado la atención este libro, creo que es hora de conseguirlo. ¡Muchas gracias por tu opinión! ¡Un beso!
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