Quizás sea debido a que le he agarrado un profundo disgusto al personaje de Rory Gilmore que hoy en día series adolescentes donde las protagonistas son la madre y la hija, terminan conmigo odiando fervientemente a la hija y su necesidad de ser tan problemáticas sin razón alguna. O quizás es que ya me hice mayor, cualquiera de las dos es motivos suficiente para que les comience a hablar del nuevo intento de Netflix por aportar series juveniles que intentan vagamente reflejar a la adolescencia y que son, claramente, escritas por adultos que no saben nada de la adolescencia más que la idea preconcebida que tienen estos de que ser adolescente es tener sexo y fumar marihuana.
¿De qué va la serie? Georgia es una madre soltera con un pasado turbio que se muda a un nuevo pueblo luego de que su más reciente esposo se muriera, ella tiene dos hijos: el que no merece tener el nombre en el título y está medio loco, y Ginny.
Para Ginny no es nada fácil empezar en una nueva escuela donde es una de tan solo seis estudiantes de color, sino que además debe lidiar con el hecho de que parece no conocer todo sobre su madre.
En su primer día ella conoce a los mellizos: Marcus (su irresistible vecino) y Maxine (Un personaje super dramático pero es uno de los mejores de la serie). Maxine decide que Ginny será su mejor amiga nada más conocerla, y la presenta con su grupo: Abby y Norah.
A medida que los episodios transcurren descubriremos como estos dos personajes lidian con sus nuevas vidas, mientras tenemos flashback del pasado de Georgia y descubrimos poco a poco cómo es que se ha convertido en la mujer que se ha convertido.
Vayamos con lo que me ha gustado: lo primero y principal es la construcción del personaje de Georgia, es una mujer fascinante, misteriosa y que actua de acuerdo a sus razones. Es una capa detrás de otra capa que consigue atrapar al espectador y preguntarse cuáles son sus razones y agenda personal para hacer lo que hace.
Otro personaje que me ha encantado ha sido el de Abby, y estoy segura de que muchos lo habrán odiado, pero es uno de los pocos reflejos fieles de lo que sucede con muchos adolescentes.
Finalmente, la relación entre Abby/Hunter y Abby/Marcus, siento que la química entre los actores fue muy buena y que nos hicieron sentir esa tensión del triángulo amoroso.
Ahora si, podemos hablar de lo malo y es que esta serie tiene varias problemáticas que no he podido evitar reirme mientras la veía: la primera, parece que el guión lo hizo un adulto que consumió demasiado Wattpad y decidió hacer un corte y pegue para atrapar a la población juvenil.
Comenzando con el romance que no tiene el menor sentido ni evolución, el dramatismo que rodeaba a todo lo que hacían los adolescentes, el hecho de que se los retratara a todos como “problemáticos” y el fácil consumo de sustancias que no siempre refleja la realidad. Si, siento informarles: no todos los adolescentes se juntan en sotanos a fumar marihuana-
Lo siguiente fue su protagonista, decir que me recordó a la de Never have I ever es poco, no pude soportar a Ginny, su forma de actuar, sus decisiones. Fue egoísta, fue absurda y fue, sobre todo, soberanamente hipócrita. Por un lado se nos intentaba vender esta idea de un personaje fuerte y feminista, y por el otro denigraba a su propia madre —más aún luego de saber su pasado—. Su actitud de “rebeldía” enmascaraba una terrible actitud y la forma en la que la amistad de las chicas era retratada no era “tierna” como dan a entender esos videos de Tik tok, sino soberanamente tóxica.
¿Es una serie que recomiende? No voy a mentirles, me hizo pasar toda una tarde y engancha de principio a fin, la química de sus personajes es muy buena y amo demasiado a Abby, Maxine, Georgia y Hunter, pero si no fuera por eso, no hay nada rescatable.
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