Título: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas | Hard-boiled wonderland and the end of the world
Año: 2009
Editorial: Tusquets | Planeta
Autor: Murakami, Haruki
Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador: uno transcurre en el llamado "fin del mundo", una misteriosa ciudad amurallada; la otra, en una Tokio de un futuro no muy lejano, un frío y cruel "país de las maravillas". En la primera, el protagonista, privado de sus recuerdos, se ve impelido a leer sueños entre extraños habitantes y unicornios de pelaje dorado. En la segunda historia, el protagonista es un informático cuyos servicios requiere un inquietante científico que juguetea con la manipulación de la mente.
"Esto es el fin del mundo. El mundo acaba aquí, no se puede ir más allá. Tú ya no puedes ir a ninguna parte"
Desde que leí “Kafka en la orilla” he
tenido muchas ganas de comenzar con otra obra de Murakami, es así que cuando
encontré “El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas”, decidí
darle una oportunidad y ver qué me encontraba.
El libro fue publicado en el 2009, y
fue traído a Uruguay por la editorial Planeta bajo el sello de Tusquets. Cuando
me lo compré valía alrededor de $640, es de una edición tipo bolsillo y cuenta
con 617 páginas incluidos agradecimientos.
La novela se compone de dos historias
divididas en dos lugares y momentos diferentes. Por un lado tenemos el país de
las maravillas, donde nuestro protagonista es un informático contratado por un
excéntrico científico que requiere que realice un “shuffling” para proteger un
importante experimento: la capacidad de manejar el sonido a voluntad.
En este mundo, tenemos dos grandes
fuerzas luchando entre si: el Sistema o mejor dicho, el gobierno y los llamados
“semióticos”, personas al margen de la ley que quieren robar esa información.
(En cierta parte del libro hacen aparición una tercera fuerza, conocida como "los tinieblos", aunque las referencias a los mismos son bastante vagas, se los describe como "personas" que viven en los túneles bajo tierra y adoran a un Dios pez).
Por
otro lado, tenemos a “el fin del mundo”, donde nuestro personaje es un
recién llegado en una ciudad rodeado por una muralla, donde hay bestias que
nacen y mueren en invierno, donde quienes la habitan se encuentran desposeídos
de su sombra y donde deberá trabajar leyendo “viejos sueños” para formar parte
de la misma.
Decidido a huir de ese lugar
perfecto, idea un plan con su sombra: crear un mapa buscando una salida.
Ambas historias se entrelazan de forma
predecible a medida que la historia avanza, y comienza a tener sentido cómo se
pasó del país de las maravillas al fin del mundo, a través de la prolija
narrativa de Murakami que consigue mantener al lector en su suave vaivén.
Uno de los problemas que he visto con
la prosa de Murakami, es que suele enredarse en datos inservibles para la
narrativa, aun no he encontrado el propósito de este hecho, pero es algo que
también vi que hacía en la anterior novela que leí de él: los personajes se
encuentran en x situación, y él se pone a hablar de alguna cosa ajena a la
narrativa para explicarla (como si quisiera darnos información de cosas que él
sabe y encuentra interesante, pero que no cumple propósito alguno para la
trama).
"Me pregunto si, hace tiempo, no habremos vivido todos en un lugar completamente distinto, si no habremos llevado toda una vida completamente diferente. Y si, por una razón u otra, estas vivencias no se han borrado de nuestra memoria y vivimos ignorándolas"
Este libro he tardado tanto en
terminarlo por varias razones, la primera de ella es que solo lo leía en el
ómnibus, y esto lleva a la razón dos: y es que a pesar de que una vez que lo
comenzaba a leer era introducida rápidamente en la narrativa, si es cierto que
no tenía una gran motivación para terminarlo. Puesto que el gran misterio de la
trama no era un gran misterio, ya que se podía entender. Y el desenlace de la
narrativa fue la única que consiguió sorprendernos realmente.
En
resumen, «El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas» es una
lectura para pasar el rato, pero que no supone un descubrimiento en la
narrativa de Murakami. Vuelve a recaer en viejos tópicos, y la trama se vuelve
media repetitiva.
Hola! La verdad es que hace AÑARES que no leo a este autor, así que a lo mejor es un lindo libro para retomar la lectura, ya que sus tópicos no los voy a tener tan frescos.
ResponderEliminarUn beso :)